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miércoles, 30 de marzo de 2011

Hoy será un día especial (H/P)

“¡¡Especialmente bueno!!”
.....Respondió con estas dos palabras (tres para Jesuluín: especial-mente-bueno), sonrió y cerró los ojos relajado.
Era una respuesta sencilla, pero contundente, a una pregunta formulada por él mismo: “¿Cómo se presenta el día de hoy?
Las investigaciones llevadas a cabo por con un grupo de desinteresadas langostas del Cantábrico, han demostrado que eso que quieres para ti – de la misma manera que eso que piensas de ti – influye directamente sobre el desarrollo de los acontecimientos diario.
Los investigadores instaron a las langostas a pensar, justo antes de dormirse i antes de levantarse – que serían sexy-gostes, que estarían muy buenas, ¡qué ya estaban muy buenas!
.....El grupo de gourmets convocados por el Consorcio de Cocineros Cántabros, estuvo de acuerdo con las langostas: “Estaban buenísimas, no era necesario ponerles ninguna clase de salsa”.
Del pensamiento sexy no dijeron nada..... quizás, afrodisíacas.....
¿Habían sido las langostas víctimas de una publicidad engañosa?
Pero lo cierto es que, realmente, evocar pensamientos positivos antes de dormirse y antes de levantarse influye sobre los acontecimientos del día.
¡Sonreíd, evocad pensamientos positivos y pasad unos buenos días!
B. Posa’tBé

martes, 29 de marzo de 2011

Pues vaya..... (D)

Toni: Cariño, tenemos que hablar.
Maribel: ¿Te has acostado con otra mujer?
Toni: ¡¿Qué?!
Maribel: ¿Qué si lo que me quieres decir es que tienes una aventura?
Toni: No..... es algo más serio.
Maribel: Vaya..... ¡Que te has enamorado de ella, ¿no?!
Toni: ¡Maribel! Quieres callar y escucharme.
Maribel: ¡No! Escúchame tú a mí: Mira guapo, con esta mierda de piso y tu colección de esculturas puedes hacer lo que te dé la gana, pero la casa de la playa y el coche me los quedo yo.
Toni: ¿La casa de la playa?..... ¡Pero si era de mis abuelos!
Maribel: ¡Ah! ¡Claro! Después de dieciséis años de matrimonio, todavía no soy de la familia, ¿no?
Toni: No es eso..... es que mis hermanos.....
Maribel: Claro, tus hermanos..... y tus hijos ¿qué?
Toni: ¿Hijos?..... ¿Qué hijos?
Maribel guarda silencio, baja la mirada y se acaricia la barriga con las dos manos.
Toni: ¿Estás embarazada?
Maribel niega con un movimiento de cabeza.
Toni: ¿No?
Maribel: ¡No! Por suerte no estoy embarazada, porque ya veo que para ti son más importantes tus hermanos que tus hijos.
Toni: ¡Deja de decir tonterías!
Maribel: Pero, ¿tienes una amante?
Toni: ¡¡Hosssstias!!
Silencio.
Maribel: ¿De qué querías hablar?
Toni: ¿De qué?..... De la casa de la playa..... Hemos pensado que la podríamos vender y repartirnos lo que saquemos..... Pero a mí me sabía mal porque sé que a ti te gusta mucho.
Maribel: No pasa nada..... en este momento el dinero nos vendría muy bien.
Toni: Sí.....
Maribel: De todas formas, si la vendemos.....
Toni: ¿Qué?
Maribel: Que cuando te vayas a vivir con AQUELLA, yo me quedo con el coche y este piso..... ¡aunque sea una mierda!

sábado, 26 de marzo de 2011

El desenlace del desenlace (C)

Érase una vez, en un pueblo muy pequeño escondido entre las estrellas, un señor que coleccionaba el desenlace de los desenlaces de los cuentos, es decir, era un señor que sabía qué pasaba después del FIN.
Podríamos decir que aquel señor era una especie de sabio del más allá (más allá del “Fueron felices y comieron perdices”).....
Durante sus primeros años de coleccionista, no le importaba que le llamasen sabio, porque podía hablar del tema con total seguridad..... De hecho, no conocía a ninguna persona que supiera más que él.
En uno de sus viajes conoció a una familia catalana y, conviviendo con ellos, aprendió catalán.
Con el conocimiento del nuevo idioma, se dio cuenta que no podía ser un sabio, porque no entendía por qué en catalán sabio y sabiduría se escribían con “v” (savi i saviesa), aunque saber se escribía con “b” (saber).
Pensaba que, quizás, en el mundo de debajo de las estrellas había alguien que sabía la respuesta..... quizás era una cosa que todo el mundo sabía..... pero él no lo sabía..... sabía muchas cosas, pero no sabía eso..... Simplemente estaba convencido de que él no podía ser un sabio: Podía ser un sabetodolosdesenlacesdelosdesenlaces, pero no un sabio.
A las otras siete personas que vivían en el pueblo, eso no les preocupaba..... no sabían escribir.
A las cuatro cabras que vivían en el pueblo, les era totalmente indiferente..... no sabían leer.
Los veintitrés jilgueros que anidaban en los diecinueve árboles del pueblo no habían oído hablar nunca del la “b” o la “v” (no habían gaviotas, no comían butifarra y tampoco entendían el valenciano).
Así, siendo consciente de que no encontraría a nadie para discutir esa cuestión, decidió no darle más vueltas..... ¡Fue feliz y comió perdiz!
FIN

.....¿No le dio más vueltas?
.....Unos años más tarde tuvo un hijo: “Le pondré Sabi”, pensó, y su esposa estuvo de acuerdo..... y le pusieron Sabi.
El señor, la única persona del pueblo que sabía leer y escribir, lo inscribió directamente en el registro civil: Sabi Gálvez Hernández.
Pasaron unos años:
Sabi: Papá, explícame el desenlace del desenlace de Blancanieves.
Señor: Después de la boda, Blancanieves y el príncipe se quedaron solos en el dormitorio. El príncipe estaba contento, penaba que una mujer que había vivido en el bosque con siete hombres (bajitos, pero hombres al fin y al cabo) debía saber mucho de.....
Sabi: ¿Debía saber mucho de qué?
Señor: De..... de..... ¡de cocinar!..... Ahora es muy tarde, Sabi, duérmete y ya te lo explicaré otro día.....
Sabi: ¡Buenas noches, papá!
Señor: ¡Buenas noches, Sabi, que duermas bien!

jueves, 17 de marzo de 2011

El laberinto (16)

Al cruzar la puerta se sorprendió: ¡Había llegado a su casa!
Recordó las palabras del perro: “Cuando crucé la puerta me sorprendí: ¡Había llegado al mismo bosque del que había salido!”..... “Entonces me di cuenta: Yo amaba este bosque y, por tanto, mi felicidad debía estar en él.....”
Pensaba en el perro cuando alguien empezó a silbar..... Escuchó atentamente para saber de dónde provenía aquel sonido..... Lo sentía tan claro y cercano que parecía que saliera de él mismo..... ¡Sí!, estaba silbando..... silbaba, pero no quería amansar a nadie.
Aquella música hizo que recordara..... había perdido la esperanza..... el mundo le caía encima..... quería no existir..... había perdido las ilusiones..... tenía miedo..... necesitaba marchar de su casa..... al salir de la casa se encontró en el laberinto.....
.....Se encontró en el laberinto..... En ese momento recordó que al salir de casa no cerró la puerta..... por suerte, no cerró la puerta.
Se preguntó: “¿Qué habría pasado si hubiese decidido no cruzar la puerta abierta?
Se respondió: “Qué más da..... ¡deja de comerte el coco! La has cruzado y ese hecho no lo puedes cambiar..... puedes volver al laberinto, pero eso no cambiará el hecho de que has cruzado la puerta abierta”.
Después se preguntó: “¿Puedo volver?..... Quiero decir, ¿quiero volver?”.....

FUERA DEL LABERINTO
(A mis hijos, Anna y Jan, que desde que nacieron han estado delante y detrás de cada puerta que he cruzado)
Estaba en su casa..... en su cama.....
El sol entraba por las rendijas de la persiana..... Sabía que detrás de la ventana estaba el mar..... sentía su presencia.
Pensaba en el laberinto: Había sido una experiencia muy extraña.....
.....Más tarde, caminando por la orilla del mar, se dio cuenta que había recorrido todo el laberinto y no había conocido a la bruja..... ¿Realmente existía?
.....Caminaba por la orilla del mar, entonces alguien dijo: “¿Estás seguro de que no has conocido a la bruja?”..... Miró a su alrededor y no vio a nadie, pero volvió a escuchar la voz: “¿Seguro que no la has conocido?”..... La oía tan clara y cercana que parecía que saliera de él mismo.....

miércoles, 16 de marzo de 2011

El laberinto (15)

LA NOVENA PUERTA
(la número 7, la última..... la puerta abierta)
Sentado en el suelo con las piernas cruzadas miraba la puerta número 7.....
Un gato entró en la sala, miró las puertas durante unos segundos..... después cruzó la puerta abierta.
Desaparecida la cola del gato, el hombre recordó las palabras del perro: “.....pero como perro me sentía más atraído por la puerta número 7, porque ya estaba abierta”.
Pensó en el primer día, en la primera vez que vio aquella sala..... recordaba que había mirado detrás de la puerta número 7: ¿Qué había visto?
Intentaba recordar: ¿Qué había visto detrás de la puerta número 7?..... Se levantó y camino despacio hacia ella, la tocó con los dedos y – de la misma manera que el primer día – notó la suavidad del esmalte, la temperatura tibia de la madera, el rítmico y acelerado latido de su propio corazón, el empuje del deseo y la precaución del miedo.....
Estaba a punto de cruzar el umbral de la puerta..... pero paró en seco. Pensó: “Si cruzo la puerta intentando recordar qué había visto detrás de ella el primer día, es casi seguro que me volveré a encontrar en el pasado.....”
Volvió a sentarse en el suelo con las piernas cruzadas, miró la puerta y dijo:
“Apelo a mi derecho de enmienda,
es decir, a mi derecho a vivir el presente.
“Apelo a las palabras de la bruja (lo que hay detrás de la puerta es diferente para cada persona),
es decir: Soy yo, bajo mi responsabilidad, quien cruzará la puerta.
“Apelo, nuevamente, a las palabras de la bruja (.....y es diferente en cada momento),
es decir: Quiero encontrar aquello que hay ahora, no aquello que había cuando llegué ni aquello que habrá mañana”.
Al decir estas palabras escuchó una ovación..... No había nadie, pero notó un aroma a jabón muy familiar..... Se levantó, simuló una especie de reverencia y dijo: “Gracias, señor de las pompas”.
Fue hacia la puerta, la miró, cruzó el umbral..... y se sorprendió.....
Ahora os toca recordar las palabras que dije en la introducción del laberinto: “Con Julio conocí el laberinto... pero todo es un poco confuso y, dentro de esta confusión, no podría asegurar si en el laberinto entró Julio, Casper..... o yo.”
El caso es que – seguramente – esta fue la fase más confusa..... Quizás por lo que encontró..... quizás por lo que dudó..... quizás por el empuje del deseo..... quizás por la precaución del miedo..... quizás porque necesitaba tiempo.....
Lucharé contra la confusión, sonreiré con los recuerdos y, posiblemente, mañana podré revelar lo que el hombre (Julio, Casper o yo) encontró detrás de la puerta abierta.
¡Qué paséis un buen día!

lunes, 7 de marzo de 2011

El laberinto (14)

LA OCTAVA PUERTA
¿Cómo había llegado al laberinto? ¿Llegaría a conocer a la bruja? ¿Realmente tenía esperanzas? ¿Qué hacía toda aquella gente dentro del laberinto? ¿Qué hacía él dentro del laberinto? ¿Por qué era él el único que no conocía a la bruja?
Con los ojos cerrados iba haciéndose preguntas. Escuchó unos pasos, abrió los ojos y vio a un hombre que le faltaba una mano:
Hombre: Usted debe ser el leñador, ¿no?
Leñador: Sí..... ¿Nos conocemos?
Hombre: No exactamente..... pero conozco a su perro.
Leñador: Pues ahora lo estaba buscando: ¿Lo ha visto?
Hombre: Estuve con él esta mañana..... Me dijo que volvía con usted.
Leñador: ¿Le ha dicho eso mi perro?
Hombre: Sí..... ¿Qué no vuelve?
Leñador: Sí, de hecho he venido a buscarlo..... Lo que me extraña es que se lo haya dicho..... es un perro..... y los perros no hablan.
.....¡Eso sí que había sido un jarro de agua fría!..... ¡de agua helada!..... Él ya sabía que los perros no hablaban..... pero había hablado con aquel: ¿Se había vuelto loco?.....
Hombre: Sí, ya sé que los perros no hablan..... pero en este laberinto es todo tan extraño.
Leñador: ¿Qué laberinto?
Hombre: Este laberinto..... el laberinto de la bruja.
Leñador: ¿Qué bruja?
Se miraron en silencio durante un rato. Esa sí que era una situación incómoda.....
El silencio empezaba a ser insoportable..... entonces, ladró un perro:
Leñador: ¡Ahí está!
El perro se acercó a los dos hombres. Cuando el leñador empezó a acariciarlo, el perro no habló.....
Leñador y perro marcharon..... pero antes de salir de la sala, el perro se giró y guiñó un ojo..... el hombre intentó sonreír.....
¿Qué estaba pasando? El leñador afirmaba que el perro no hablaba..... pero si el perro no le había hablado: ¿Cómo sabía él que al leñador le faltaba una mano?.....
Se encontraba inmerso en sus pensamientos cuando un huevo colisionó contra la puerta número 3. Al ver la clara y la yema resbalando por la puerta le vino a la cabeza la imagen de un reloj de Dalí: “¿La inspiración de Dalí había sido un huevo roto sobre una superficie vertical?”.....
Un reloj..... ¡Quizás había llegado la hora de cruzar la puerta número 3!
Al entrar a la habitación contigua, se encontró rodeado por un montón de pompas de jabón..... Al mirar hacia arriba vio a un chico dentro de una pompa, un chico que – desde dentro de su pompa – hacía pompas con un “pompero”.
Al ver al hombre, el muchacho dijo:
Pompador: Te veo un poco abatido.
Hombre: La verdad es que me encuentro un poco chafadillo.....
Pompador: ¿Por la conversación que has tenido con el leñador?
Hombre: Sí..... ¿Cómo sabes lo de la conversación?
Pompador: Eso es igual..... ¿Qué es exactamente lo que te ha afectado tanto?
Hombre: No lo sé.....
Pompador: ¿Estás seguro de que no lo sabes?
Hombre: Bueno..... supongo que es un poco por todo.....
Pompador: ¿Por todo?
Hombre: Quiero decir..... ¿Me he vuelto loco?
Pompador: ¡Vaya, hombre!..... o sea, que tú has ido haciendo, has ido buscando los medios (palabras, hechos, acciones, razonamientos.....) para salir de las diferentes situaciones, has conocido gente, has hecho amigos..... y, de buenas a primeras, aparece alguien que no ve las cosas como tú, y te planteas si estás loco..... ¡Caray! Eso que te ha dicho una sola persona hace que se tambalee todo tu mundo.....
Hombre: No sé..... es que, realmente..... los perros no hablan.
Pompador: ¡Ah! ¡Es eso!..... Es que tú tampoco tienes demasiado claro si, realmente, está pasando eso que está pasando, ¿no?
Hombre: Sí..... bueno, no sé..... me gusta..... pero es todo tan extraño..... tan nuevo, tan diferente.....
Pompador: A ver, tranquilo. Antes de que el huevo chocara contra la puerta ¿qué estabas pensando?
Hombre: Que si el perro no hablaba ¿cómo sabía yo que al leñador le faltaba una mano?
Pompador: ¡Exacto!
Hombre: Exacto ¿qué?
Pompador: ¿Qué cómo lo sabías?: Si no conocías al leñador y el perro no te lo había dicho, ¿cómo lo sabías?
Hombre: Es posible éste sea uno de esos momentos en los que toca pensar en las palabras de la bruja..... ¿Pero en cuáles?
Pompador: Quizás en aquellas que dicen: “La relación con aquello que encuentras depende de tus propias vivencias.”
El hombre pensó durante unos minutos..... finalmente dijo:
Hombre: Creo que lo tengo más o menos claro..... aunque no sé si lo sabré explicar.
Pompador: ¡Inténtalo!
Hombre: A ver..... Supongo que la relación entre el perro y el leñador es una relación extra-laberinto, es decir, ellos tienen – o han vivido – una relación de hombre/perro (un hombre que habla y un perro que ladra..... el leñador ni siquiera sabe que el perro antes era su mano)..... Pero yo conocí al perro dentro del laberinto, es decir, nos conocimos después de la noche de San Juan, después de mi entrada en el laberinto (que todavía no sé como se produjo)..... La realidad es que el perro y yo hemos tenido vivencias diferentes a la del leñador y, por tanto, la relación entre nosotros es diferente a la relación entre ellos..... No sé si me has entendido.....
Pompador: Eso está bastante bien..... Si tú te entiendes, ya es suficiente.
Hombre: Más o menos..... Y hablando de otra cosa: ¿Qué haces dentro de una pompa de jabón?
Pompador: ¡Yo no estoy dentro de una pompa!
.....¿Otro jarro de agua fría?
Pompador: ¡Ey, ey! Tranquilo..... No pasa nada..... ¿Soy yo el que está dentro de una pompa o, por el contrario, eres tú el que está fuera de la pompa?
Hombre: ¿Fue primero el huevo o la gallina?
Pompador: Quizás Dalí sabía la respuesta..... y, quizás, la bruja también.....
La pomba de jabón, con el pompador dentro, se fue hacia arriba..... El hombre volvió a la sala de las puertas.
Sentado en el suelo con las piernas cruzadas, miró la puerta número 7, la puerta abierta.....
CONTINUARÁ
AVISO A LOS LECTORES DEL BLOG: Durante esta semana no podré colgar nada..... pero volveré pronto.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Carnaval (H/P)

Helena: ¡Ey! ¿Qué haces aquí?
Posa’tBé: Pues mira, que como tú estuviste en mi espacio la semana pasada, he pensado que hoy podía estar yo en la tuyo.
Helena: ¡Ah! ¡Qué interesante!..... ¿Y tienes alguna propuesta?
Posa’tBé: Es posible.....
Helena: Va, suéltala.
Posa’tBé: No sé..... ¿Tú ya sabes que historia explicarás?
Helena: Más o menos..... Pero va, ¿qué me querías proponer?
Posa’tBé: Bueno, más que una propuesta es una sugerencia-reflexiva sobre los disfraces de carnaval..... o una duda-filosófica sobre el tema..... o.....
Helena: Va, no te enrolles, coleguilla.
Posa’tBé: ¿Hago la pregunta?
Helena: Síiii.....
Posa’tBé: A ver, a mí eso de pensar en un disfraz me parece muy complicado..... La cosa es que no sé de qué me tengo que disfrazar:
·        ¿De algo que puedo ser?
·        ¿De lo que quiero ser pero no me dejan?
·        ¿De algo que me da miedo?
·        ¿De algo que me hace reír?
·        ¿Buscar la estética: belleza o fealdad?
·        ¿Un estilo divertido?..... ¿el simple deseo de pasarlo bien?

Helena: Complicadillo tú, ¿eh?..... Mira, lo importante del carnaval es pasarlo bien y, por tanto, lo importante del disfraz es que te lo pases bien disfrazándote..... ¡y ya está!, no hay que darle más vueltas. Así que ahora voy a explicar la historia que había pensado para hoy ¿Ok?
Hace tiempo, conocí a una pareja de aquellas que llaman la atención por lo diferente que son el uno del otro, él era un muermo y ella una chica alegre i desinhibida. Por carnaval él se disfrazó de enterrador o trabajador de una funeraria y ella de prostituta.....
La muchacha encajaba tan bien en su disfraz, que los chicos se le acercaban con proposiciones deshonestas.....
El muchacho encajaba tan bien en su disfraz que, cada vez que un chico se acercaba a ella, él sacaba el metro y empezaba a apuntar las medidas del provocador mientras le preguntaba: “¿Qué tipo de madera prefiere para la caja?, consiguiendo que éste se alejara con muy mal rollo.
En algún momento de la noche, se acercó un chico – de aquellos que sólo se presentan una vez en la vida..... o ninguna – que resultó no ser nada supersticioso..... y la chica..... vaya, que encajaba tan bien en su disfraz.....
Al año siguiente, la muchacha volvió a disfrazarse de prostituta..... y el muchacho se disfrazó de cura..... Vaya, que cambió el “más allá” por el “más acá” y el “metro” por las “hostias”.....
Se lo pasaban tan bien disfrazándose.....
Helena y B. Posa’tBé

martes, 1 de marzo de 2011

Desfase generacional (D)

Alvarito: ¡QUÉ NOOOO! Que papá no es mariquita.
Rosita: ¡QUÉ SIIIIII!
Alvarito: ¿Y tú por qué lo sabes?
Rosita: Porque mamá se lo ha dicho a la abuela.
Alvarito: ¿Qué le ha dicho?
Rosita: Que cuando conoció a papá, llevaba un traje blanco y estaba en un cartel.
Alvarito: ¿En un cartel de qué?
Rosita: En un cartel con otros mariquitas que iban vestidos como él.
Alvarito: Pero los mariquitas no tienen hijos y papá sí.
Rosita: Porque antes de casarse con mamá dejó de ser mariquita.
Alvarito: Pues yo no me lo creo..... ¡¡MAMAAAAA!!

Madre: ¿Qué hacéis?
Alvarito: Rosita dice que papá es mariquita.
Madre: Rosita, ¿por qué dices eso?
Rosita: Porque te he oído cuando se lo decías a la abuela.....
Madre: ¿A la abuela?
Rosita: Sí, le has dicho que papá estaba en un cartel vestido de mariquita con un traje blanco.
Madre: (Riendo) No, Rosita, lo que he dicho es que estaba en el cuartel con el traje blanco de marinero.
Rosita: ¡No es verdad!..... porque también has dicho que todo el mundo lo llamaba “la mili”..... y papá se llama Antonio.