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lunes, 29 de noviembre de 2010

El laberinto (5)

Hombre: Entiendo eso de las experiencias vividas y los aprendizajes pero ¿cómo pueden las experiencias no-vividas y los no-aprendizajes enriquecer nuestro presente?
Aquello: Porque no haberlas experimentado te da la oportunidad de experimentarlas, es decir, te da la oportunidad de realizar nuevas experiencias (sensaciones, emociones, pensamientos, acciones) y, por tanto, de adquirir nuevos aprendizajes..... ¿No es esta la mejor manera de enriquecer el presente?
Hombre: ¿Quieres decir que lo que hemos o no hemos hecho no tiene ninguna importancia?
Aquello: Quiero decir que el pasado no se puede cambiar: Puedes cambiar tu presente; puedes trasladar al presente todos los aprendizajes del pasado, pero no puedes trasladar el pasado..... Puedes realizar en el presente todo aquello que ahora piensas que te habría ido bien hacer en el pasado, pero nada de eso cambiará el pasado, porque no existe.....
Hombre: Creo que no has contestado mi pregunta: ¿Quieres decir que lo que hemos o no hemos hecho no tiene ninguna importancia?
Aquello: Quiero decir que tiene la importancia que tú le des..... Te guste o te arrepientas de tu pasado, no lo puedes cambiar..... Puedes cambiar el presente, puedes intentar evitar que se den circunstancias parecidas a las del pasado, y eso incidirá sobre el presente de otras personas, pero sólo hasta donde esas personas quieran ser incididas..... porque el presente es un tiempo individual que crece, o se desarrolla, dentro de la colectividad.
Hombre: Esa última frase.....
Aquello: Sí, esta última frase todavía la tengo que pulir un poco..... es que me ha salido así..... son las cosas del presente: ¡Siempre es en directo!
A ver, en tu caso concreto, por ejemplo: Tú querías volver a ver al perro para preguntarle por qué te había dicho que marcharas, ¿no? Pues bien, lo que el perro te contestase tendría la importancia que tú le quisieras dar, porque en realidad no fueron las palabras ni las intenciones o motivos del perro lo que afectó a tu presente sino tu decisión de marchar..... independientemente de lo que dijo el perro, tú te fuiste y eso tuvo unas consecuencias. Si te hubieses quedado – sin cambiar ni una sola palabra de las que dijo el perro – tu presente habría sido diferente.
Ahora bien, si hubieses vuelto a ver al perro, le hubieses preguntado y él te hubiese contestado: ¿eso habría cambiado tu pasado?..... ¡No! La respuesta no habría hecho otra cosa que, quizás, cambiar tu estado de ánimo presente, dependiendo de sus razones te pondrías más contento o más triste, pero eso no cambiaría el hecho de que te fuiste.
Hombre: El pasado ha pasado..... haga lo que haga o diga lo diga, no se puede cambiar. Así pues, lo único que puedo hacer es pensar si me gusta mi presente o si quiero hacer algún cambio.....
Al decir estas palabras se dio cuenta que estaba en la sala de las puertas, sentado en el suelo con las piernas cruzadas.

LA TERCERA PUERTA
Mientras miraba las puertas se preguntaba si había vuelto al presente o si, por el contrario, nunca se había movido..... Intentó recordar..... Recordó que se había levantado y había caminado hasta la puerta, la había abierto y la había cruzado..... pero no recordaba haber vuelto..... Recordaba como había marchado, pero no como había vuelto.....
Intentaba recordar cuando sintió ruido, giró la cabeza y vio como se abría la puerta número 8: salió una mujer y se dirigió con decisión hacia la puerta 9..... Ni siquiera se dio cuenta que había alguien en la habitación:
Hombre: ¡Ey! ¡Hola!
Mujer: ¡Hola!..... No me había dado cuenta que estabas aquí, ¿eres nuevo?
Hombre: Más o menos..... pero ya he cruzado dos puertas.
Mujer: ¿y has conseguido salir de las dos?..... ¡Qué bien! ¡Felicidades!
Hombre: ¿Qué quieres decir con eso?..... ¿Qué a veces no se puede salir?
Mujer: Hombre, eso va como va..... ¡Depende de tantas cosas!
Hombre: ¿De qué cosas?

Bueno, supongo que ya habéis imaginado que la mujer le contestará el próximo lunes, ¿no?

jueves, 25 de noviembre de 2010

FPM (H/P)

El siguiente documento ha sido cedido por FEDI PEMADI MAHACU (Fondo Europeo para la Desintoxicación e Integración de PErsonas con MAlformaciones DIgitales producidas por el MAl bito de Comerse las Uñas).
¿Estrés? ¿Nervios? ¿Mala educación? ¿Hambre? ¿Entretenimiento? ¿Poco trabajo?..... Sea cual sea el factor causante del comportamiento típicamente atípico del comedor de uñas común (comelus uñalum), este depredador de su propio cuerpo esconde en el cajón superior del armario del lavabo tijeras y cortaúñas que le han ido regalando a lo largo de los años.
Se tiene el conocimiento de casos en los que el comelus uñalum se ha acercado sigilosamente a las estanterías de un supermercado para apoderarse de algunas de estas apreciadas herramientas, con la intención de utilizarlas para cortarse los pelos de la nariz o de las orejas.
Desde la Sede de FEDI PEMADI MAHACU, pedimos la colaboración de todos aquellos ciudadanos que tengan información sobre ejemplares no controlados.
 Aprovechamos este comunicado para informar al comedor de uñas común, del nacimiento de la empresa “Todouñas”, dedicada a la recolecta y comercialización  de uñas naturales.
Dicha empresa, además, hace un llamamiento solidario a todos aquellos que no tienen el hábito de comerse las uñas: “Tu donación evitará malformaciones importantes: Si no las quieres….. deja que otros se las coman por ti”
B. Posa’tBe en colaboración con FPM

martes, 23 de noviembre de 2010

Lenguaje musical (D)

Dos amigos, músicos ambos, toman café en un bar:
Músico 1: Me he enamorado, Manuel.
Músico 2: Que ¿qué?
Músico 1: ¡Qué me he enamorado, tío!
Músico 2: ¡Ah!..... ¿Y de quién te has enamorado?
Músico 1: De una chica.
Músico2: Que susto..... pensaba que te habías enamorado de un avestruz.
Músico 1: ¿Qué?
Músico 2: Tío, que ya me había imaginado que te habías enamorado de una chica, pero ¿quién es ella? ¿cómo se llama? ¿dónde la conociste? ¿a qué dedica su tiempo libre?
Músico 1: No sé, no sé, no sé y tampoco lo sé.
Músico 2: Guay, guay, guay y guay también.
Músico 1: No, de verdad, no sé nada de ella.
Músico 2: A eso le llamo yo una buena base para el enamoramiento.
Músico 1: Lo único que sé es que cada mañana desayuna en este bar.
Músico 2: Bueno, eso está bien... Si tiene la costumbre de desayunar quiere decir que no es un androide.
Músico 1: Deja de decir tonterías, ¡que esto es serio!
Músico 2: Vale, en mi agenda-pentagrama pondré cuatro silencios en el día de hoy para escucharte. Habla, pues.
Músico 1: La veo cada mañana... tan bella... tan dulce... tan sensible... tan vulnerable... La miro y su sensibilidad me atraviesa la piel y me llega al corazón...
En ese momento la chica entra en el bar:
Músico 1: No mires... que acaba de entrar.
El amigo – como siempre que nos dicen que no miremos – se gira y mira:
Músico 2: La chica de la que te has enamorado... ¿es aquella rubia?
Músico 1: Sí, ¿no es encantadora? ¿No te llena de sensibilidad su luz?
Músico 2: ¿Te has enamorado de Carmen?
Músico 1: ¡Carmen! ¿La conoces?
Músico 2: Pues sí... Y, así entre nosotros, te diría que esa chica tiene la sensibilidad en el “Mi sostenido”.
El músico 1 mira al amigo con cara de incredulidad:
Músico 1: Oye... el mi sostenido no existe.
Músico 2: Sí, ya lo sé, recuerda que yo también soy músico... y te lo digo exactamente por eso, porque no existe pero, si existiera... sería más o menos: mi-mi-mi-para mí-para mí-para mí (bis).

Nota: Hoy, 29 de noviembre de 2010, un amigo músico que se llama Julio, me ha dicho que en algunas partituras aparece el "Mi sostenido", que en realidad es "Fa"..... En fin, ¡son cosas que pasan!
Si estuviera escribiendo en catalán podría cambiar el final:

Músic 1: Escolta... el MI sostingut és FA.
                Oye... el MI sostenido es FA.
Músic 2: Sí, si FA o no FA, és això el que et vull dir.
                Sí, más o menos (si hace o no hace), es eso lo que te quiero decir.
Músic 1: Què em vols dir?
                ¿Qué me quieres decir?
Músic 2: Doncs, que aquesta noia no FA res, però tot acaba sent per-a-MI, per-a-MI, per-a MI.
                Pues, que esta chica no hace nada, pero todo acaba siendo para-MI,
                para-MI, para-MI.


lunes, 22 de noviembre de 2010

El laberinto (4)

Pensó en la posibilidad de que todas las puertas estuvieran comunicadas..... Quizás sólo había un “detrás”.
Se sentó en el suelo, en medio de la sala y volvió a mirar todas las puertas. Pensó: ¿He de cruzar otra puerta? (una vez más olvidó la pregunta más simple: “¿Quiero cruzar otra puerta?”).

LA SEGUNDA PUERTA
No podía dejar de pensar en el perro..... Finalmente pensó que lo mejor sería volver para preguntarle por qué le había dicho que marchara. Se dijo: “Si vuelvo a entrar por la puerta que he salido, es decir, por la número 2, lo encontraré enseguida.”
Caminó despacio, abrió la puerta y cruzó el umbral con decisión..... Pero, cuando se le adaptó la vista, se dio cuenta que no estaba en el bosque..... Miró hacia la sala: ¡Había desaparecido!..... sólo podía ir hacia delante.
Recordó las palabras que la bruja le había dicho al perro: “Lo que hay detrás de cada puerta es diferente para cada persona..... y es diferente en cada momento”.
Miró a su alrededor y se estremeció al comprobar que no había nada..... estaba rodeado de nada:
            No había luz..... ni oscuridad.
            No había silencio..... ni murmullos..... ni ruido.
            No había un lugar para sentarse..... ni un lugar para estar de pie.
            No había suciedad..... ni limpieza.
            No hacía frío..... ni calor.
            No había aire..... ni respiración.
            No había delante..... ni detrás.
            No había amor..... ni indiferencia..... ni odio.
            No había vacío..... ni plenitud.
            No había alegría..... ni tristeza.
            No había felicidad..... ni infelicidad.
            No había pasión..... ni compasión.
            No había palabras..... pero podía pensar.....
Se sorprendió al darse cuenta que podía pensar. Caminó..... aunque en realidad no estaba caminando, porque no había camino..... porque ni avanzaba ni se retrasaba.
Iba pensando..... si no había nada quizás es que no estaba en ningún sitio..... pero podía pensar, incluso, podía recordar. Recordó la frase de aquel pensador: “Pienso, luego existo”..... Recordó cuando era estudiante..... “Pienso, luego existo”..... Recordó que alguna vez había pensado que quería no-existir..... pero podía pensar que quería no existir y, por tanto, existía.....
De pronto notó una presencia..... había alguna cosa, en medio de la nada, había algo. Se giró y lo vio..... aquello le resultaba extremadamente familiar, aunque no podía decir qué era..... o quién era.....
Sin saber estar seguro de por qué lo hacía, preguntó: “¿Qué haces aquí?”..... Aquello (aquella cosa o aquella persona) lo miró con una sonrisa irónica..... y el hombre volvió a preguntar:
Hombre: ¿Qué haces aquí?
Aquello: Sigo el camino.
Hombre: ¡No hay ningún camino!
Aquello: Sigo tu camino.
El hombre miró hacia el suelo, es decir, miró hacia sus pies, porque en realidad no había suelo, y vio un camino que acababa justo donde él estaba:
Hombre: Antes no había este camino, ¿de dónde ha salido?
Aquello: Lo haces tú.
Hombre: ¿Yo? ¿Dónde estoy?
Aquello: ¿Dónde crees que estás?..... ¿Dónde querías ir?
Hombre: Quería ir al bosque, a ver al perro..... pero esto no es el bosque.
Aquello: Quizás sí o quizás no..... al fin y al cabo, querías ir al pasado..... y es a donde has llegado.
Hombre: ¿El pasado?..... ¡Pero si no hay nada!
Aquello: ¡Claro! Porque el pasado no existe.
Hombre: ¡No digas chorradas! Claro que existe el pasado..... ¡Yo lo he vivido!
Aquello: ¡Exacto! Tú lo has vivido, no lo vives ahora..... Ha existido, pero no existe.
Hombre: Pero sin el pasado no existiría el presente.
Aquello: Tienes razón..... incluso para un recién nacido el presente existe porque ha habido un pasado.
Hombre: Te refieres a su pasado como célula, ¿no?
Aquello: Bien, es cierto que tiene un pasado como célula pero, además, el pasado de sus padres forma parte de su pasado, porque sin aquel pasado el bebé no existiría. Por otro lado, el pasado celular del neonato forma parte del pasado de sus padres..... Es decir, tu pasado forma parte del pasado de otras personas y, de la misma manera, el pasado de otras personas forma parte de tu pasado.....
Hombre: Por un lado me estás diciendo que el pasado no existe..... y, por otro lado, me estás diciendo que el pasado es algo tan importante que entreteje un enlace entre toda la humanidad.
Aquello: ¡Muy bien! Veo que me sigues. Ahora vayamos un poco más allá: La cosa más..... digamos tangible – por ponerle un nombre – que nos queda del pasado son los recuerdos, pero estos no son mas que las interpretaciones personales que cada uno hace del hecho real (un mismo hecho es explicado de maneras muy diferentes por las personas que lo han vivido, a veces, incluso, las versiones son totalmente opuestas).....
Hombre: Sí, pero sea la que sea, lo cierto es que la versión existe.
Aquello: Existe el recuerdo de la versión, pero el hecho ya no está..... Nadie, diga lo que diga o haga lo que haga, puede cambiar el hecho, o la manera como lo has vivido..... Y no se puede cambiar porque no existe: Ha existido, pero no existe.
Hombre: Pero ¿qué me dices de este camino? Este camino existe, está dentro del pasado pero existe ahora.
Aquello: ¡Mira que listo! Esa observación está muy bien. Veamos, este camino existe ahora, vale, pero recuerda que cuando llegaste no existía.
Hombre: “Cundo llegué”, forma parte del pasado, yo te hablo de ahora, del presente: Este camino existe ahora..... y está dentro de mi pasado.
Aquello: Veo que eres muy rápido, pero escúchame un momento: Cuando llegaste el camino no estaba, entonces te diste cuenta que podías pensar y empezaste a recordar cosas..... es decir, recordaste y , por tanto, creaste un enlace entre el pasado y el presente:
Cogiste un recuerdo del pasado y lo trajiste al presente. Recordaste la frase aquella de “pienso, luego existo”, después recordaste que alguna vez habías pensado que querías no-existir..... Entonces apareció el camino, porque el pasado no se puede cambiar, pero las experiencias vividas y los aprendizajes que se desprenden de ellas – así como las experiencias no-vividas y sus consecuentes no-aprendizajes – pueden enriquecer nuestro presente.
Hombre: Entiendo eso de las experiencias vividas y los aprendizajes pero ¿cómo pueden las experiencias no-vividas y los no-aprendizajes enriquecer nuestro presente?

“Aquello”, responderá a esta pregunta el próximo lunes” (no os comáis el coco, y si alguien sabe la respuesta, o nos puede dar una pista, me la puede enviar, que yo la colgaré en el blog con su nombre).

viernes, 19 de noviembre de 2010

El dragón y la no-princesa (C)

Dragón: Ahora solo falta esperar.
Mujer: Esperar ¿qué?
Dragón: Que llegue el día de Sant Jordi.
Mujer: ¿Qué pasa el día de Sant Jordi?
Dragón: Venga mujer, que ya lo sabes, el 23 de abril es el día que vendrá a rescatarte el príncipe.
La mujer mira al dragón con sorpresa.
Mujer: Pero yo no soy una princesa.
Dragón: ¿Qué quieres decir? – preguntó el dragón confundido.
Mujer: Pues eso, que no soy una princesa..... ningún príncipe vendrá a rescatarme.
El dragón dirigió una pequeña llama hacia la chimenea. Miró a la mujer: ¿No era una princesa?
Dragón: Faltan dos días para el rescate, esta noche empieza la gran fiesta. Tenemos que ir todos al Gran Castillo..... cada dragón con su princesa, y yo tengo una mujer que dice que no es una princesa..... ¿Qué voy a hacer?
Mujer: Si quieres yo me puedo hacer pasar por princesa para la fiesta..... pero piensa que después ningún príncipe vendrá a rescatarme: ¿Qué harás conmigo, entonces?
Dragón: Bien, cada cosa en su momento. Primero solucionemos el problema de la fiesta.
Mujer: No sé si me tendría que fiar de ti..... ¿Y si después de la fiesta decides que la solución más rápida es comerme?
Dragón: ¡Ey! Que soy un dragón, no un monstruo sin compasión.
Y se lo creyó..... Y después de la fiesta, mientras dormía, ¡el dragón se la comió!

No, no se la comió..... en realidad fue un monstruo sin compasión quien se comió a los dos.
No, eso tampoco podía pasar, porque esa noche todos los monstruos sin compasión tenían pagado un crucero por el Mediterráneo (cortesía del Departamento de Cultura y Tradiciones de la Generalitat, en colaboración con Viajes Barceló).
Digamos que, como cada año, la fiesta fue alegre y divertida: Los dragones se mostraban contentos con las princesas que habían secuestrado; las princesas hablaban de los príncipes que las rescatarían..... después se casarían (tanto sí como no, se casarían), vivirían en un palacio, tendrían hijos.....
Un dragón derrotado, un príncipe valiente y una princesa agradecida..... ¿Qué más querían?..... Vivirían de rentas:
·        La herencia del príncipe heredero
·        La dote de la princesa
·        El amor y la felicidad..... ¿amor?..... ¿felicidad?..... Bien, si era necesario, también podían vivir de rentas en este sentido: Porque un día estuvieron enamorados, porque un día fueron felices, porque un día la rescató, porque un día.....
La no-princesa no habló mucho, escuchaba.
Ella sabía que no quería vivir de rentas. Para ella eso del amor era una cosa del día a día..... una renovación constante..... una no-cotidianidad con la misma persona..... ¡Estaba contenta de no ser una princesa!
Después de la fiesta, se sentaron delante de la chimenea y el dragón explicó a la princesa pequeñas historias que habían pasado en años anteriores:
Dragón: Hace unos años, en la Asamblea General de Dragones de Sant Jordi, se decidió modernizar un poco la tradición, es decir, adaptarla a la actualidad. Se decidió que:
1.     Dos príncipes serían secuestrados por dragones.
2.     Un dragón saldría victorioso del enfrentamiento con un príncipe.
Como resultado de estos cambios, un príncipe fue rescatado por una princesa..... pero no lo quiso reconocer nunca. La historia tuvo tan mala prensa (el príncipe salió en todos los programas de televisión, explicando toda clase de cosas sobre la princesa y su familia) que finalmente la princesa acabó mintiendo y  reconociendo que, en realidad, había sido el príncipe quien la había rescatado a ella.....
El segundo príncipe fue rescatado por otro príncipe. Llegaron al Palacio Real, contentos, victoriosos, esperando una gran bienvenida..... pero el rey mandó que los encerraran en un armario (nunca más se supo nada del pequeño incidente).
De la presión social que tuvo que aguantar el dragón que salió victorioso, mejor no hablar..... ¡Es una historia bastante deprimente!
Así, en la Asamblea del año siguiente, se decidió que era mejor seguir con la tradición tal y como se conocía..... Pero el año pasado un dragón y una princesa se enamoraron..... Y este año yo he secuestrado a una no-princesa..... Los tiempos cambian, pero parece que tenemos que seguir manteniendo las mismas tradiciones (así nos va.....).
Cuando acabó de explicar las historias miró a la princesa, que estaba estirada en el sofá con los ojos cerrados:
Dragón: ¿Qué duermes?
Mujer: No, te escuchaba... y disfrutaba de la temperatura del fuego..... Pensaba en la princesa que se enamoró del dragón.
Dragón: ¿Y tú? ¿Nunca has querido vivir una historia de cuento? ¿Nunca le has dado un beso a un sapo?
Mujer: No..... una vez conocí un..... bien, podría decir que era una especie de sapo con piernas..... paseaba por las pequeñas calles de mi pueblo, sin rumbo, sin prisa.....
Dragón: ¿Y?
Mujer: Y nos hicimos amigos.....
Dragón: ¿Y qué pasó?
Mujer: Nada.....
Dragón: ¿Nada?
Mujer: .....Finalmente apareció una princesa y le dio un beso..... Supongo que, al ser besado, dejó de ser sapo.....
Dragón: Y tanto sí como no, se casaron ¿no?
Mujer: No..... no fue exactamente así. No sé si se casaron..... pero se enamoraron..... aunque en verdad ya hacía mucho tiempo que estaban enamorados.....
Dragón: Así, ahora, esa especie de sapo es feliz ¿no?
Mujer: Sí, y estoy contenta de eso.
Dragón: ¿Pero?
Mujer: Pero lo echo de menos como amigo.....
Dragón: Mujer, que esté enamorado de la princesa no quiere decir que ya no seáis amigos.
Mujer: No lo sé..... me gustaría que tuvieras razón.
Dragón: Ya verás como seguro que tengo razón..... Pero, de todas formas, si necesitas un dragón para algo..... No sé, para secuestrar a una princesa, o algo así.....
Rieron.
Mujer: Gracias por el ofrecimiento, pero cuando se es una no-princesa, el dragón, el príncipe y la princesa son la misma persona,
Dragón: ¿Qué quieres decir?
Mujer: Pues, que soy yo la que, con conocimiento de causa, escoge lo que quiero y no quiero hacer, soy yo la que decide si una cosa la quiere tirar adelante o no..... Una vez escogido puede ser que no salga bien, en este caso he resultado ser mi dragón (me he secuestrado a mí misma). Después viene el rescate..... La única persona que realmente me puede salvar soy yo misma, es decir, mi príncipe sólo puedo ser yo..... Es cierto que puedo pedir ayuda, nada ni nadie me lo impide, pero primero la tengo que pedir y, después, tengo que estar allí para recibirla.
Dragón: Pero, entonces, ¡acabas luchando tú contigo!
Mujer: Y no sólo eso, sino que acabo luchando yo conmigo para salvarme a mí.
Dragón: Pero así, ¡siempre ganas!..... ¿O siempre pierdes?..... no lo sé.....
Mujer: Eso también depende de ti..... si se quiere ganar siempre se gana y, del mismo modo, cuando se quiere perder siempre se pierde.
Dragón: ¿Estás segura de eso?
Mujer: Sí, es así si lo que buscas es la felicidad..... Hay cosas que te pueden hacer muy feliz, mi amigo.....
Sonrió. Se miró las manos y sus pensamientos fueron tras los recuerdos.
Pasado unos minutos el dragón rompió el silencio:
Dragón: Tu amigo ¿qué?
Mujer: .....Quiero decir que las felicidad se tiene que buscar en las cosas que tenemos..... Es cierto que tenemos que luchar por aquello que queremos, por aquello que nos hace feliz, pero también tienes que saber retirarte cuando te tienes que retirar..... Es decir, es importante saber respetar las decisiones de los otros..... Si en una relación de amigos una de las partes no quiere seguir con esa amistad.....
Miraron el fuego en silencio.
De madrugada empezaron las primeras luchas entre dragones y príncipes.
Dragón: Puedes irte cuando quieras..... ahora nadie se dará cuenta.
Mujer: ¡Gracias! ¡Ha sido un placer ser tu no-princesa!
Dragón: Sí, para mí también ha sido un placer ser tu dragón.
Mujer: Me gustaría darte un beso.
Dragón: Yo te quería regalar un libro y una rosa..... pero no tengo ningún libro, porque cuando un libro me gusta mucho me emociono y me salen pequeñas llamas..... siempre se acaba quemando, ¡lo siento!
Ella le dio el beso y el dragón le dio la rosa.
Dragón: ¡Nos vemos!
Mujer: Cuando quieras.....

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Pequeño despiste (H/P)

Hola a todos,

Os pido disculpas por no haber colgado la historia de hoy. Lo cierto es que he estado todo el día esperando que Helena me mandara la entrada que quería publicar y, bueno, el caso es que hace 47 minutos he recibido un e-mail suyo explicándome que se había perdido en una estación de tren de no sabe qué pueblo.

Le he contestado que si me hubiese llamado le habría pedido al Doctor Posa'tBé su colaboración, y hace 10 minutos he recibido otro e-mail en el que me comunica que hace dos o tres semanas le cortaron la línea del móvil por no poner saldo... Según ella: "Un pequeño despiste".

Espero que haya encontrado ya la salida de la estación (en el e-mail no dice nada sobre ese tema).

Pues nada, mañana saldrá el capítulo 2 de 5 Espinas... ¿Quién será Javier de Can Botiguer?

Hasta mañanita!!

martes, 16 de noviembre de 2010

Teléfono erótico (D)

Chica sexy: Hola, me llamo Rosalinda. ¿Cómo te llamas tú, guapo?
Cliente: Alf..... Alejandro Magno.
Chica sexy: ¿Y qué quieres de mí, Alejandrín?
Cliente: Quiero que me vuelvas loco con tu cuerpo ¡grrrr!
Chica sexy: ¡Ummm! ¡Qué salvaje!
Cliente: Dime como eres.
Chica sexy: Mido metro ochenta y dos, tengo una melena larga y rubia y unas piernas que no se acaban nunca.
Cliente: Me gusta, sí.... ¡ummm!, me gustas..... ¿y que más?
Chica sexy: ¿Quieres que te hable de mis tetas o de mi lengua?
Cliente: Oooooh... De todo... hablame de todo...
Chica sexy: ¿Sabes que voy a hacerte?
Cliente: ¿Qué? ¿Qué?
Chica sexy: Voy a poner mi boca... ¡ummm!
Cliente: Aaah... me voy... me voy...
Chica sexy: No, espera un poquito más... que yo todavía no estoy...
Cliente: ...No puedo, me pones a tope.....
La chica sexy se pone a llorar.
Cliente: ¿Por qué lloras, Rosalinda?
Chica sexy: (con un tono muy poco sexy) Mira, Alfonso, estoy hasta el moño de que cada día me llames al trabajo y te corras con tres tonterías que te digo..... ¿Por qué no te excitas cuando estoy en casa?
Cliente: Cariño, porque en casa no te llamas Rosalinda, no mides metro ochenta y dos ni tienes las piernas largas.....
Chica sexy: Pero tampoco te cobro un euro veinticinco por minuto...
Cliente: Eso sí que es verdad.
Chica sexy: Pues mira, quiero el divorcio... ¡Ya verás a que precio te saldrá el minuto!
Cliente: Pero cariño.....

lunes, 15 de noviembre de 2010

El laberinto (3)

El hombre volvió a acariciar al perro y el perro volvió a hablar:
Cuando crucé la puerta me sorprendí: ¡Había llegado al mismo bosque del que había salido!
Medité sobre todas las cosas que me habían pasado durante el año (de la primera a la segunda noche de San Juan)….. Pensé en las palabras de la bruja sobre la felicidad y la infelicidad….. Entonces me di cuenta: Yo amaba este bosque y, por tanto, era muy probable que pudiera encontrar aquí mi felicidad.
Pensé en el leñador, yo era su mano. El leñador había hecho muchas cosas antes de llegar a este bosque….. había amado otros lugares….. había marchado otras veces, pero esta vez no se había ido porque quisiera irse sino que su marcha estaba relacionada con el hecho de haber perdido la mano, y eso lo entristeció….. la tristeza nos hace hacer cosas extrañas…..
Con estos pensamientos, llegué a la conclusión que tenía que volver a tirar la moneda al aire, pero me di cuenta que la había perdido….. I es por eso que todavía estoy en el laberinto.
El hombre se dio cuenta que el perro llevaba un collar del que colgaba una pequeña bolsa:
Hombre: ¿Qué llevas en esta bolsa?
Perro: Creo que la moneda…..
Hombre: ¡Pero si me has dicho que la habías perdido!
Perro: Sé que está en la bolsa….. pero no la puedo ver….. no la puedo coger…
Hombre: Yo te puedo desabrochar el collar, si quieres.
Perro: No, todavía no estoy preparado.
Hombre: Preparado….. ¿Para qué?
Perro: Para encontrar la moneda.
Hombre: ¿No quieres ser feliz?
Perro: Sí….. pero me da miedo.
Hombre: ¿Miedo?
Perro: Sí, el miedo hace que vayamos más despacio y, en muchas ocasiones, nos hace parar del todo. Todavía no sé si quiero ser mano o perro….. Todavía no sé si el leñador se entristeció porque perdió la mano o porque tuvo que dejar de acariciar al perro.
Hombre: Pero le quedaba la otra mano para acariciar al perro.
Perro: Pero con la otra mano no lo había acariciado nunca….. no sabía.
Hombre: Pero si lo que quiere es acariciar al perro, seguro que aprenderá….. siempre acabamos aprendiendo a hacer (mejor o peor) las cosas que nos gustan.
Perro: No sé si tienes razón pero….. ¿me desabrocharás el collar antes de irte?
Hombre: ¡Claro!
El hombre marchó. Mientras marchaba iba pensando si se iba porque tenía que irse o porque el perro le había dado a entender que tenía que marchar (“¿Me desabrocharás el collar antes de irte?”).
Se preguntaba si el perro le había dicho que se fuera porque era importante que siguiera su camino o simplemente porque quería estar solo.
…..Bueno, también era posible que el perro pensara que él quería marchar.
Sí, volvió a hacerse muchas preguntas pero, al menos hasta el momento, no se había hecho aquella pregunta tan simple: ¿He marchado porque yo quería marchar?
Estuvo a punto de dar media vuelta para preguntarle al perro porque le había dicho que se fuera, pero en ese momento vio la puerta del laberinto, se dirigió hacia ella, la abrió y, al mirarla, descubrió que no era ni la número 4 ni la número 7: ¡Era la puerta 2!
CONTINUARÁ…..

viernes, 12 de noviembre de 2010

La fuente de los deseos (C)

Hace años, cuando yo todavía era pequeña, mis padres nos llevaron de vacaciones a un pequeño y tranquilo pueblo: diecisiete habitantes, cuatro perros, un gato, nueve casas y una fuente.....
En los recuerdos de aquel verano, como en todos los recuerdos de la infancia, la realidad y la fantasía se unen para crear una versión mágica de aquello que pasó.
Ahora, sentada en la terraza de este bar, miro – con añoranza – la gran ciudad en la que se ha convertido mi pequeño pueblo (y digo “mi” porque durante aquel verano los diecisiete habitantes, los cuatro perros y el gato, fueron los amigos más entrañables que cualquier niño o niña pueda soñar).
Ahora, sentada en la terraza de este bar, recuerdo la moneda agujereada, la de dos reales, que lancé a la fuente..... ¿Se hizo realidad mi deseo?..... ¿Se hicieron realidad los deseos de mis padres y de mis hermanos?..... ¿Qué se ha hecho de todas aquellas monedas agujereadas que lanzamos?
Sí, la fuente de aquel pueblo era una verdadera fuente de los deseos, una de aquellas fuentes en las que la gente lanza una moneda mientras piensa un deseo..... Pero la peculiaridad de aquella fuente era que absolutamente todos los deseos que se pedían se hacían realidad (independientemente del valor o la nacionalidad de la moneda).
Debido a este hecho extraordinario, la fama de la fuente se fue extendiendo y los vecinos de otros lugares – en un principio cercanos y después más lejanos – empezaron a visitar la fuente una vez al año.
En poco tiempo las visitas empezaron a repetirse cada seis meses; después cuatro veces al año (verano, Navidad, Semana Santa y el puente de la Constitución); poco tiempo después ya eran visitas mensuales; un año más tarde ya eran semanales..... hasta que finalmente mucha gente decidió quedarse a vivir allí..... I el pequeño pueblo empezó a crecer, y crecer, y crecer..... hasta convertirse en una ciudad muy y muy grande, en el centro de la cual está la fuente de los deseos.
Todo iba bien al principio. Los ciudadanos de aquel lugar tenían todo lo que querían (un euro equivalía a cien deseos).
Después empezaron las colas y, con ellas, las peleas entre vecinos..... y es que las altas temperaturas de agosto habrían acabo, incluso, con la paciencia de Jesús Quintero.
Claro, que las peleas no eran únicamente por las colas..... El caso es que, con el tiempo, se dio el caso que el mismo deseo era pedido por más de una persona..... ¡Y hay cosas que son de muy mal repartir!
Todo iba de mal en peor hasta que llegó un listillo – un alto cargo de un ayuntamiento – que consiguió que recalificasen unos terrenos y montó un par de hoteles al lado de un estanque, al que llamaba playa, y como deseo pidió que toda la gente de la cola pasara por sus instalaciones... ¡Buen negocio!
Finalmente llegaron unos señores..... Mejor no entro en detalles.....
El caso es que uno de estos señores subió a la fuente y habló de los pecados capitales (¿los pecados capitales están relacionados con la economía?), de los pecados de la carne (y no precisamente alabando a los vegetarianos..... que pueden llegar a ser demasiado naturales)..... No sé exactamente como lo hizo, pero acabó montando una manifestación contra las tendencias antinaturales de la juventud actual y la complicidad del Gobierno que no respeta la Constitución.....
.....Todos los que hacían cola se fueron en autocar hacia la capital, solidarios, seguros de ellos mismos..... y, cuando volvieron, ¡sorpresa!: en el centro de la ciudad había un templo..... un templo con un jardín y, justo en medio, una fuente sagrada que los fieles podían visitar en su peregrinación a Santiago.
.....Y debemos estar agradecidos, porque antes las personas pedían a la fuente deseos materiales que despertaban la envidia de sus vecinos..... y ahora, más espirituales, piden cosas de primera necesidad (o dicho de otra manera: Piden que se les curen las ampollas de los pies). Amén.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

¡Hoy será un día mágico! (H/P)

Nuestros reporteros de “Buenos días, Catalina”, han entrevistado al conejo de un mago. Para todos aquellos que no han podido ver la retransmisión, destacamos en este espacio la que, nos parece, ha sido la respuesta más emblemática de la conversación.
A la pregunta: ¿Qué es la magia?, el conejo respondió:
“La magia es aquello que hace que un día sea diferente del otro y, por tanto, no se puede generalizar. Es mágico todo aquello que nosotros queremos que sea mágico.
Por ejemplo, para las personas que vienen al espectáculo, que yo salga del sombrero es una cosa mágica, pero para mí no lo era, porque lo hacía cada día... Un día decidí no salir y, después de la representación, el mago me dijo que si volvía a hacer eso acabaría saliendo de una cazuela... con arroz...
Esa habría sido mi última aparición, el último truco: de conejo me transformaría en comida.
Después me di cuenta que para la gente el hecho mágico es que yo salga del sombrero y, para mí, el hecho mágico es ver como disfruta la gente cuando aparezco”.
B. Posa'tBé

martes, 9 de noviembre de 2010

La bicicleta (D)

Hace tres semanas que Pedro aprovecha la mañana de los domingos para hacer ejercicio, exactamente bicicleta. Su mujer, Teresa, está muy contenta con esta iniciativa.
Patricia, una amiga de la pareja, ha visto a Pedro con otra mujer y corre a explicárselo a Teresa, pero ésta cree que su amiga habla de la bicicleta:
Patricia: Teresa, acabo de ver a Pedro con...
Teresa: (sin esperar a que acabe la frase) ¡Ah! ¿Tú también lo has visto?
Patricia: ¿Lo ha visto más gente?
Teresa: Claro, ya hace tres semanas que la tiene.
Patricia: ¿¡Tres semanas!? ¿Pero no te importa que todo el mundo lo vea con ella?
Teresa: ¿Importarme? Al contrario, ya está bien que la gente se dé cuenta de que cualquier edad es buena para empezar ¿no?
Patricia: ¡Pues no!..... ¡Y es que además tiene una pinta!
Teresa: Eso es cierto, se nota que está usadilla, pero si veo que le gusta de verdad, por su cumpleaños le regalaré una nueva.
Patricia: ¿Una nueva?
Teresa: Sí, porque esa no es suya, se la ha dejado un compañero del trabajo, para probar.
Patricia: Tú no estás bien, Teresa.
Teresa: Yo estoy muy bien, guapita. Mira, salir con ella los domingos lo pone de muy buen humor y, además, ¡esta tan sexy con esa ropa!
Patricia: (con ironía) Sexy y de buen humor... ¡Genial!
Teresa: Patricia, ¿tienes algún problema con la “bicicleta nueva” de Pedro?
(Al decir bicicleta nueva – como en realidad no es nueva – Teresa hace con las manos el gesto “entre comillas”, lo cual provoca que Patricia piense que utiliza esta expresión como apodo para la amante).
Patricia: (sigue con el tono irónico) ¿Tú ya sabes que “montar en las bicicletas nuevas” quita las ganas de “montar en las viejas”?
Teresa: (imitando el tono de Patricia) ¿Y tú no sabes que cuando tenga la nueva, devolverá la vieja?
Patricia: Teresa, ¿estás consumiendo drogas?
Teresa: Patricia, ¿tú eres tonta?