Etiquetas

miércoles, 1 de julio de 2015

Comida para "lleval"

Cuando le encargaban un proyecto, imaginaba el desarrollo de la idea mentalmente, a veces, buscaba alguna información o realizaba un tímido esbozo….. hasta que el día de la entrega se le echaba encima, entonces trabajaba día y noche olvidándose de todo y de todos, incluso – o sobre todo – de él.
Cuando dio por concluido el trabajo, llevaba dos o tres días sin comer, sin dormir, sin ducharse, sin….. Lo primero que sintió fue hambre, hacía tiempo que no estaba tan hambriento… exactamente desde el último proyecto.
Con las pocas fuerzas que le quedaban, buscó en la memoria del móvil el número del restaurante chino y pidió que le llevaran un menú para dos personas….. Estirado en el sofá, se relamía atento al timbre de la puerta.
…..Sobre la mesa, cuatro contenedores de plástico y un paquetito de papel de aluminio: ¡Al ataque!
Una hora más tarde, vuelve a telefonear al restaurante y pide que le traigan cuatro rollitos de primavera, pan chino y pan de gambas…..
Al día siguiente, invita a comer a su ex…..


Ella: Vaya, comida china… ya me extrañaba a mí que hubieses aprendido a cocinar.
Él sonríe sin ganas.
Ella: Pero esta comida está helada…
Él: Sí, es que es de anoche.
Ella: ¿De anoche? ¿Me invitas a comer y pides la comida un día antes?
Él: No, en realidad pedí la comida y, como me ha sido imposible abrir las fiambreras esas, te he invitado a comer…
Ella: ¡Serás cabrón!

Él: ¡No, por favor, no hagas eso! Si no te quieres quedar, vete, pero no las vuelvas a cerrar… por favor…

jueves, 4 de junio de 2015

La ventana

Hacía tiempo que observaba esa ventana. Al principio era divertido, una especie de juego que consistía en escribir historias imaginando lo que pasaba detrás de la persiana cerrada..... en ocasiones, incluso dejaba que algún amigo las leyese.

Niños que gritaban, perros que ladraban - alguna vez, aunque le cueste reconocerlo, había imaginado al perro mordiendo a los niños que gritaban - conversaciones íntimas de enamorados o de parejas que habían compartido toda una vida, voces de personas que estaban allí cada día y voces desconocidas de extraños.....

Pero esta noche el tono y el volumen de las voces es diferente, han puesto la música muy alta y no se oyen niños ni perros..... quizás están celebrando una fiesta..... 

Tras un sonido semejante a un disparo y el ruido de cristales que se rompen, unos segundos de silencio..... "¿Debía llamar a la policía?" 

La música, más alta que antes, vuelve a sonar..... Mira la hora: "las dos y cuarto"..... Vuelve a barajar la idea de llamar a la policía..... la descarta..... Vuelve a mirar la hora: "las tres menos veinte"..... Se levanta de la cama, abre la ventana y grita: "¿A qué hora cerráis el puto bar?"

jueves, 23 de abril de 2015

Sant Jordi 2015

Primero crearon al hombre….. después a la mujer. Con estas dos creaciones ya podían ir tranquilos por el mundo, sin que nadie les dijera:  “Ahora a por la niña, o por el niño”.









Cuando la pequeña ya tenía dos años, plantaron un árbol y, al independizarse ambos - hijo e hija - decidieron escribir un libro.



“El Paraíso vivido”, “El Paraíso perdido”, “El Paraíso reencontrado”, “En el Paraíso”, “Paraísos diferentes”, “El Paraíso”….. No se ponían de acuerdo en el título….. “Para nada”….. Tras una semana de enfrentamientos titulares, se separaron.
Ella escribió un libro: “Tristeza”
Él escribió un libro: “Soledad”
Por Sant Jordi, ella compró el libro de él y él el de ella…..
Quedaron para cenar y se regalaron una rosa mutuamente….. ¡Fue una bonita noche de Sant Jordi!
Escribieron un libro: “ “….. Los dos pensaron que se podía llamar “Sin título”, pero los dos guardaron silencio y lo editaron con la portada en blanco.

Cierto que el libro no lo compró nadie, porque al no tener título no aparecía en ningún catálogo, pero ellos fueron felices para siempre!!!

martes, 10 de marzo de 2015

Cretinos

Llaman a la puerta, la mujer arranca un trozo de papel higiénico y sale del cuarto de baño con los pantalones medio subidos. Sin abrir la puerta pregunta: "¿Quién es?", un coro de voces responde: "Somos los cretinos"….. "Pues lo siento, tendrán que volver más tarde, porque mi marido no está en este momento". Los cretinos ríen a carcajadas y se van.

A media mañana suena el teléfono, la mujer baja el fuego y se limpia las manos en el delantal mientras se acerca al aparato: "¿Diga?", Un coro de voces dice: "Somos los cretinos"..... "Vaya, tendrán que llamar más tarde, porque mi marido no está ahora en casa". Los cretinos ríen a carcajadas y la mujer cuelga el teléfono.

La cebolla que estaba rehogando, se ha quemado: "¡Mierrrrda!"

A media tarde, se conecta al Facebook y se encuentra con un montón de solicitudes de amistad..... todas ellas de cretinos, claro. Empieza a rechazar las solicitudes una a una (Juan Cretino, Pedro Cretino, Mercedes Cretino, Antonio Cretino, Pepi Cretino...), cuando va por la solicitud 143 recibe otra, pica sobre la foto para ver la información y se da cuenta que es de la amante de su marido... Duda durante unos minutos pero, finalmente, la acepta.

En la parte inferior de la pantalla aparece un recuadro con la conversación iniciada por la amante:

- Hola
- Hola
- Soy la amante de su marido
- Sí, ya me he fijado en la foto de su portada 
- Qué piensa hacer?
- De qué?
- Con su marido
- Pues seguiremos sin fo… ya me he acostumbrado, jajajaja 

La mujer cierra la conversación... Unos segundos después vuelve a aparecer el recuadro:

- Por favor, hable conmigo

Vuelve a cerrar la conversación, después coloca el cursor sobre la frase "¿Qué estás pensando?" y escribe: HOY HE CONSEGUIDO DESHACERME DE OTRO CRETINO DE MI VIDA.....

Mariquita Pérez ha actualizado su estado

Abre la ventana deseando que una brisa arrastre a todos los cretinos a la dimensión de Nunca-Jamás….. pero como eso no sucede, sigue rechazando las solicitudes manualmente.

Uno a uno, van saliendo... Intenta recordar algún buen momento pasado con cada uno de ellos... para darle sentido a sus vidas... porque quiere creer que dentro de todo cretino – escondido en algún rincón – hay un poquito de autenticidad.

Cuando han salido todos, mira por la ventana y los ve alejarse... La pizca de autenticidad de cada uno de ellos provoca que los añore durante unos días... Pero, poco a poco, el vacío dejado por los cretinos se va llenando... de buenos momentos... de sonrisas sinceras... de miradas amables... y apasionadas... de autenticidad...

En el mundo de los recuerdos,
serán despojados de su “cretinidad” y recordados
                                                 como el amigo/a
                                              que un día...


miércoles, 21 de enero de 2015

Me gusta

Un día dejó de hablar, así, de pronto….. Quizás porque no tenía nada que decir o, quizás, porque tenía mucho que decir y no sabía por dónde empezar…..
Estuvo muchos años en silencio.
Para vivir con más intensidad la realidad de su mudo mundo, se trasladó durante un tiempo a una isla desierta. Allí tampoco hablaba o, ¿quién sabe?, quizás sí que hablaba pero nadie lo oía.
Regresó en silencio…..
Un día, mientras paseaba, se encontró con un río, se desnudó y se tiró al agua….. al salir dijo: “Me gusta”, pero no era un “Me gusta” de esos tipo Facebook en los que sólo se ve implicado el dedo que hace “clic” sobre el icono, no, el suyo era un “Me gusta” de verdad y, para dejarlo bien claro, se sentó delante del ordenador y escribió: “Me gusta asdf ñlkj “, así, tal cual, poniendo un espacio entre la j y las comillas para dejar claro que había utilizado todos los dedos, que su grado de implicación en el “Me gusta” era total.

Como ya os podéis imaginar, a la que volvió al mundo de las palabras, le preguntaron: “¿Por qué dejaste de hablar?”, a lo que contestó: “Yo, que soy la persona a la que más le puede interesar la respuesta, nunca me he hecho esa pregunta”.

viernes, 16 de enero de 2015

Turrón

Podría hacerle caso al anuncio y volver a casa por Navidad… pero el turrón no le gustaba: ¿Debía hacerle caso a un spot que anunciaba un producto que no le gustaba?
En realidad, no recordaba haber probado nunca el turrón, ningún turrón, ni el del anuncio ni otro diferente.
Pensándolo bien, no recordaba haber visto nunca turrón en su casa… ¿A nadie de la familia le gustaba?
Claro que, bien mirado, tampoco recordaba haber probado el alfajor, el ajonjolí o la matalahúga, y eso sí que era raro porque recordaba perfectamente tres frases que la bisabuela repetía cada año cuando iban a su casa para celebrar la Nochebuena:
“Dale un alfajor al niño, que está mu canijillo”
“He cubierto  con ajonjolí  los polvorones para que no nos   falte la alegría”
“Échale dos o tres semillas de matalahúga en la leche, ya verás como así sí que le gusta”
La bisabuela decía muchas más frases… porque era sabia, pero Ricardo solo heredó estas tres. Sin embargo, las gemelas – especialmente Lucía – habían heredado mucha más sabiduría.
Ricardo se estiró en la hierba mirando el cielo: “Bisabuelita, ¿debería volver a casa?” En ese momento apareció una nube, entonces recordó un episodio de su infancia:
Cuando tenía seis o siete años, bajaba por las escaleras de la mano de su bisabuela, se encontraron con una vecina que subía, la bisabuela saludó: “Buenas tardes”, él también saludó: “Buenas tardes”, la vecina, sin ni siquiera saludar, dijo: “Doña Ernestina, ¿ya se ha enterado usted de lo de la hija de los Álvarez?” La bisabuela, casi sin mirar a la vecina, contestó: “Dale a una nube turrón y tendrás un nubarrón”.
Vaya….. ¿Qué tenía que ver ese recuerdo con su pregunta?... Quizás… no, no… o ¿sí?... ¿Dale a Ricardo turrón y será un Ricarrón?... Claro queee… la nube era alargada… ¿Dale a Ricardo salchichón y será un Ricachón?... Por otro lado, la bisabuela tenía mucho sentido del humor… pero también era sorda… ¿Había oído la pregunta?... ¿Y si en vez de un salchichón era un alfajor?...

Finalmente, llegó a la conclusión de que lo importante de ese recuerdo era el turrón, o sea, que era importante que lo probara y – tanto si le gustaba como si no – que volviera a casa….. a probar otras cosas…

miércoles, 14 de enero de 2015

Perseguido

La primera vez fue en el lavabo de una estación de tren. Había huido de casa de sus abuelos y se escondió en un vagón para descansar….. Quizás se quedó  dormido, porque cuando miró por la ventana estaba en un lugar totalmente diferente… Bajó del tren y buscó los lavabos. Sabía que en todas las estaciones había lavabo, porque de niño había viajado en tren en cuatro ocasiones – ida y vuelta a un sitio y ida y vuelta a otro – y su madre siempre lo obligaba a orinar antes y después de cada viaje.
Orinó y, al girarse hacia el lavamanos, vio a aquel hombre…
Anduvo por las calles entre temeroso y fascinado… Se paró ante un escaparate de pasteles y tartas, tenía hambre….. El hombre de la estación lo miraba desde dentro de la pastelería, confundiéndose – como un dulce más – entre merengue, moka, chocolate, fruta confitada, nata, crema…
Se sentó en un banco pensando en la conversación que había oído antes de huir:
- ¿Qué haremos con el niño?
- ¿El niño?... El hombrecito, querrás decir.
- Bueno, eso ahora es igual… ¿Qué vamos a hacer?
- Yo creo que lo mejor es que se quede a vivir con vosotros.
- ¿Con nosotros?
- Es vuestro nieto, ¿no?
- Sí, pero ¿cómo vamos a explicar que tenemos un nieto tan grande del que nunca habíamos hablado?
- ¿Cuál es la versión oficial sobre su madre?
- Que se había…..
- ¡Pedro! ¡Pedro! ¡Que nos hemos dejado la puerta de la habitación abierta y el niño se ha ido!
Tomás se esconde y, cuando todos corren hacia la parte trasera de la casa, sale por la puerta principal y atraviesa el jardín corriendo.
Una chica se sienta a su lado, habla por el móvil, se arregla el maquillaje y marcha. Unos minutos después, el muchacho se da cuenta de que la chica ha dejado una cajita sobre el banco… la coge, la abre… y se queda helado al ver lo que hay dentro… ¡un retrato!... ¡un retrato de aquel hombre!
Un guarda le pide que salga del parque porque es hora de cerrar. Mientras se dirige a la salida, se da cuenta que la presencia de aquel hombre le crea inquietud y seguridad al mismo tiempo, temor y confianza… Se le antoja desconocido y familiar… No quiere verlo pero lo busca… Cuando está lo ignora, cuando no está lo añora…
Oscura noche sin luna. Frío. Tomás camina sin destino. Una mujer se le acerca:
Mujer: ¿Quieres que te haga feliz?
Tomás: ¿No tienes frío?
Mujer: Sí, cielo, pero tú me lo quitarás, ¿verdad?
Tomás: Claro, ¿quieres mi chaqueta?
Mujer: Vaya, que generoso…
Tomás: ¿Qué es una chaqueta comparada con la felicidad que tú me has ofrecido?
Mujer: Ven, entremos en el club.
Ya en la habitación, la mujer lo desnuda.
Mujer: ¿No tienes cartera?
Tomás repasa mentalmente las enseñanzas de su madre sobre las partes del cuerpo: Brazos, manos, dedos, cabeza, piernas, orejas…..
Tomás: No, creo que no tengo cartera… Cartílagos sí, pero cartera creo que no…
Mujer: Vaya, que graciosito. ¿Dónde guardas el dinero….. en esta cajita de maquillaje?..... No, aquí no hay nada….. ¿¡Qué no pensabas pagarme o qué!?
Cuando la mujer sale de la habitación, el muchacho se estira en la cama….. entonces ve al hombre….. pegado al techo….. desnudo….. mirándolo…..
Tomás lo mira durante unos segundos, después le pregunta: “¿Quién eres?” Mientras él pregunta, el hombre mueve los labios y, en silencio, le hace la misma pregunta…..
Nota del autor (es decir, mía)
Hasta ese día, nunca había visto mi imagen, ni espejos ni fotos formaban parte de mi vida… ¿Por qué?... No estoy demasiado seguro, entre historias y excusas solo he podido sacar en claro lo siguiente:
Generación tras generación – tanto por parte de abuelo como por parte de abuela – todos los miembros de mi familia han tenido el cabello y los ojos negros. ¡Orgullo de clan 100%! Mi madre también, pero cometió el error de teñirse de rubio y ponerse lentillas para cambiar el color de sus ojos.
“La niña ha cogido la misma enfermedad que la hija menor de mis tatarabuelos: ¡Se ha vuelto tonta! Tenemos que apartarla de la sociedad inmediatamente”….. Sentencia y pena sin juicio.
En ese momento mi madre estaba embarazada… pero ni ella misma lo sabía.
Nací y me crié en las habitaciones traseras del chalet de los abuelos. Aislado, sin visitas… Solos mi madre y yo… Comida, libros, lápices, discos y otros objetos, aparecían como por arte de magia detrás de aquella fantástica puerta por la que, finalmente, pude escapar.

Tomás